Andorra: remontando a pie el río Juclar

El valle de Incles y la subida al lago de Juclar es una de nuestras excursiones favoritas en Andorra. Este valle se formó por un glaciar situado entre los actuales pueblos de El Tarter i Canillo, al noreste del país y desde allí se pueden hacer muchas excursiones. La subida al lago y refugio de Juclar nos lleva a caminar al lado de este río durante un par de horas, lo cruzaremos en algunas ocasiones y podremos embobarnos con las cascadas que va formando a lo largo del recorrido. Nosotros hicimos esta ruta a finales de primavera, sin nieve y en un día radiante, acompañados de los amigos del Centre Excursionista de Catalunya.

Vall del Incles

La ruta

Ficha

mapa

Dificultad: Fácil
Desnivel: +/-500 m
Distancia: 6,4 km

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Punto de partida

Para encontrar el punto de partida de nuestra ruta tenemos que ir a buscar el punto donde el río Juclar se junta con el de Incles. Si accedemos en coche, hay que adentrarse en el valle de Canillo y seguir dirección a Soldeu. Antes de llegar encontraremos un desvío donde se indica el valle de Incles y que nos llevará por una pista asfaltada. Tenemos que seguir adelante, rodeados de praderas chispeadas por algunas casas construidas al estilo tradicional de la zona: con piedra vista y tejados de pizarra.

Cuando fuimos nosotros había muchas personas paseando por ese camino y algunas zonas donde dejar el coche, así que la marcha fue lenta, pero seguimos hasta el final de la pista donde hay una zona de aparcamiento gratuito más amplia. En este punto también hay un bar y un restaurante, pero no sabríamos opinar, ya que nosotros no paramos.

Puente de madera al inicio de la ruta

Desde este punto empiezan varias rutas, principalmente en dos direcciones: una siguiendo el río Juclar y la otra el río Sisqueró. Nosotros nos dirigimos hacia la de Juclar que está indicada con un cartel y es la que nos encontramos de frente si seguimos recto por la pista por donde hemos llegado con el coche.

¡En marcha!

Empezamos a caminar por un sendero agradable por el margen del río. Enseguida nos encontramos con un pequeño puente de madera que decidimos cruzar, aunque en realidad también podríamos ir por el margen derecho (a la vuelta lo haremos al revés para cambiar ligeramente el recorrido). Seguimos adelante hacia un puente de piedra, que es donde cruzaremos a la vuelta. Ahora, aprovechamos simplemente para hacer una pequeña parada y sacar algunas fotos chulas.

Foto de grupo en el puente de piedra

Este puente nos marca en cierta forma un punto de inflexión en la ruta. A partir de aquí la subida se hace más pronunciada aunque tenemos que decir que, si se hace cuando ya no quede nada de nieve, el recorrido no tiene ninguna dificultad y todo está en adaptar el ritmo a nuestra forma física, parando las veces que sean necesarias para recuperar el aliento y tomar un montón de fotos, porqué la verdad que el entorno se lo merece: el paisaje es muy bonito, muy verde a finales de primavera, y con algunas pequeñas cascadas.

El lago Juclar

Orientarse y encontrar el camino no tiene ninguna difcultad: la senda está bien trazada y encontramos marcas que nos van guiando si nos despistamos en algun momento. Cuando veamos el primer lago ya estaremos a punto de llegar al refuguio, solo nos faltará hacer un giro hacia nuestra derecha, y allí lo encontraremos escondido. Cuando el refugio está abierto, además de ofrecer alojamiento, tambén tiene servicio de bar y de restaurante. Aún así, es importante no confiarse y, en cualquier caso, llevar siempre algo de bebida y comida en la mochila por si acaso.

Lago de Juclar

Para los valientes, desde el refugio se puede subir hasta el pic de Escobes (2.781 m) bordeando el primer lago de Juclar por la derecha y el segundo por la izquierda. Desde allí se remonta el collado de Juclar y se accede a la cima, poco menos de 500 metros de desnivel que se suman a otros 500 que ya llevávamos desde el párquing.

Vuelta y guinda

En nuestro caso éramos muchísimos haciendo la ruta y habíamos salido muy tarde. Así que optamos por comer en el refugio y dar media vuelta por el mismo camino por el que habíamos venido, con la pequeña variante del puente que ya hemos comentado. Al regresar a la zona de aparcamiento no pudimos evitar quitarnos las botas y los calcetines y remojar los pies en el río, eso sí, poco rato porqué el agua estaba helada. Fue la guinda a la excursión!

río Juclar
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